La niña de 16 meses secuestrada hace una semana ha sido encontrada muerta en una balsa de agua, en la zona donde se produjo el secuestro, en la comarca almeriense de Nacimiento.
Jonathan Moya, de 25 años y que mantuvo una relación sentimental con la madre del bebé, ha confesado haberla asesinado. Además de él, se ha detenido a una segunda persona, un hombre del entorno de Jonathan, que podría haber encubierto o colaborado en el secuestro.
Hace siete días que más de un centenar de agentes de la Guardia Civil y policías locales de la comarca almeriense de Nacimiento buscaban a la pequeña y su secuestrador.
Jonathan se encontraba en el cortijo de su padre en la localidad de Fiñana, dentro de la zona acotada por la Guardia Civil. Fuentes de la Benemérita, que interrogaron durante toda la tarde al detenido en el cuartel de Fiñana, pensaron en un primer momento que la niña podría haber sido entregada a una tercera persona, tal y como los investigadores sospecharon desde un principio.
Sin embargo, finalmente, Moya confesó el asesinato y explicó haberla arrojado a una balsa, que es donde se ha encontrado el cuerpo del bebé de 16 meses. La madre de la pequeña, Gema M.C., de 33 años y natural de la localidad onubense de La Palma del Condado, está ingresada en una casa de acogida de Almería.
El secuestro tuvo lugar la tarde del pasado 20 de diciembre, tras una discusión entre Jonathan y la madre de la niña, Gema Carmen C., después de que pasaran varios días en un cortijo de la comarca de Nacimiento.
Cuando la pareja circulaba con el coche del joven, éste pidió a la mujer que se bajara y empujara, alegando que se había averiado. Cuando ella se bajó, él se dio a la fuga y dejó a Gema perdida entre cortijos y caminos de la zona, hasta que pudo llegar a una venta y, a continuación, denunciar el secuestro de su hija a la Guardia Civil.
Jonathan Moya González tiene antecedentes penales por robos y ha ingresado en prisión al menos en dos ocasiones, como ha informado su propia familia. "La familia le sacó, pero yo les decía que lo dejaran pudrirse en la cárcel", dice su propia abuela materna, María, quien vive en Abrucena, donde nació el presunto secuestrador.